viernes, 14 de diciembre de 2012

El león en la cama

Me asenté por el escritorio y abrí mi portátil.
Un león con una melena dorada entró suavemente en mi cuarto.
No le di cuenta, así que en su lugar escaneé el Internet.
Me miró suavemente y fijamente, con ojos llameantes.
Busqué por sitios de web titulados "Evidencia por los Leones"
El león subió en la cama y se echó, cabeza por arriba.
Suspiré y coloqué la cara en las manos. Vídeos.
Majestad y hermosura soltaron como llamas del león.
No le conocí, no le vi.
El corazón del león batía como un gong pesado continúo.
Abrí un otro vídeo, y entonces le oí.
El vídeo fue una canción, el rugido del león.
Lloré abiertamente y amargamente por mis cazas de león.
Me incliné ante el león en la cama.
Su manto susurrando de saburra suave fue como seda bajo los dedos.
Presioné la cara mía en su melena
El león hocicó su cara por mi cuello.
Paz como un nube descendió en mí.

Ahora cuando camino, camino al lado del León.
A lo largo de los pasillos del mi colegio el León anda a mi lado.
Suavemente y tranquilamente camina, este León en la cama.