sábado, 10 de noviembre de 2012

El Sueño


Con todo, seguían soñando el sueño.

Un hombre se paró ahí
Mirando más allá de los muros grises aburridos
Tras océanos de majestad profunda
Hasta que casi pudiera ver al otro lado
Con montañas que llegan en nubes
Donde gente vestida en hermosura vive.
Mundos llenos de emoción, de aventura,
Palacios de oro
Y un Rey tan poderoso que todos sus enemigos se arrodillan ante Él
Mantos de seda blancos fluyen de Él, coronado con luz azul ilustre

Una mujer estuvo a su lado ahí,
Sentado en la barrera de hormigón
También podía casi ver a través de los mares
E imaginar las selvas misteriosas profundas
Y pueblos anidados en medio de las cimas de los árboles
Plataformas de madera extendían de árbol a árbol
Donde gente montaban en las espaldas de los pterodáctilos y dragones
Y entrenados en la arte de la guerra, llevando yelmos de oro
Blasonados con el emblema del Rey de vida
Acá moraban la gente en paz

Un niño estaba de pie en la barrera, a sus lados
Casi mirando más allá de las ondas de vidrio susurrando
A la tierra del Sol, y las ciudades de Conocimiento
Donde gente vivía en torres de vidrio subiendo por eones
Gente que se alegraban en estudiar la verdad con instrumentos de poder
Tecnología bien avanzada, dada como dádiva por su Rey de Ciencia
Torres de vidrio con puentes a estrellas distantes, y mundos lejanos
Donde también dominaba el Rey de Estrellas, reinando en el sonido de soles

Una niña se sentaba en la barrera fría, en medio de ellos
La mente volando exteriormente y afuera, más allá de las aguas azules profundas
Hasta la costa mojada brillante del pueblo pesquero simple
Acá ha hecho el Rey una mina profunda, hendiendo entre tierra y mar,
Una columna de vidrio alcanzando hasta el suelo oceánico, adonde iban guerreros
Para luchar contra demonios debajo, donde había muchas cavernas profundas
Las cuales se desprendían hasta el núcleo terrenal; profundo y con presión tremenda
Los pescadores acá luchaban, contra los diablos que vuelan tras lo profundo.

El hombre tomó la mano de la mujer, y el niño miró en los ojos de la niña.
Hace muchos años, en medio del sonido y la furia se nacieron debajo del mar,
Y fueron llevados cautivados por las tinieblas; hechos prisioneros en la Isla Gris.
No sabían que otras tierras existían, sino que deban estar siempre en la Isla.
Todos los hombres vivían acá. Mujeres gobernaban. Niños jugaban silenciosamente.
¿No les era la vida como un ceño?
Con todo, seguían soñando el sueño.

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