Con todo, seguían soñando
el sueño.
Un hombre se paró ahí
Mirando más allá de
los muros grises aburridos
Tras océanos de
majestad profunda
Hasta que casi pudiera
ver al otro lado
Con montañas que
llegan en nubes
Donde gente vestida en
hermosura vive.
Mundos llenos de
emoción, de aventura,
Palacios de oro
Y un Rey tan poderoso
que todos sus enemigos se arrodillan ante Él
Mantos de seda blancos
fluyen de Él, coronado con luz azul ilustre
Una mujer estuvo a su
lado ahí,
Sentado en la barrera
de hormigón
También podía casi
ver a través de los mares
E imaginar las selvas
misteriosas profundas
Y pueblos anidados en
medio de las cimas de los árboles
Plataformas de madera extendían de árbol a árbol
Donde gente montaban
en las espaldas de los pterodáctilos y dragones
Y entrenados en la
arte de la guerra, llevando yelmos de oro
Blasonados con el
emblema del Rey de vida
Acá moraban la gente
en paz
Un niño estaba de pie
en la barrera, a sus lados
Casi mirando más allá de las ondas de vidrio susurrando
A la tierra del Sol, y
las ciudades de Conocimiento
Donde gente vivía en
torres de vidrio subiendo por eones
Gente que se alegraban
en estudiar la verdad con instrumentos de poder
Tecnología bien
avanzada, dada como dádiva por su Rey de Ciencia
Torres de vidrio con
puentes a estrellas distantes, y mundos lejanos
Donde también dominaba
el Rey de Estrellas, reinando en el sonido de soles
Una niña se sentaba en
la barrera fría, en medio de ellos
La mente volando
exteriormente y afuera, más allá de las aguas azules profundas
Hasta la costa mojada
brillante del pueblo pesquero simple
Acá ha hecho el Rey
una mina profunda, hendiendo entre tierra y mar,
Una columna de vidrio
alcanzando hasta el suelo oceánico, adonde iban guerreros
Para luchar contra demonios debajo, donde había muchas cavernas profundas
Las cuales se
desprendían hasta el núcleo terrenal; profundo y con presión tremenda
Los pescadores acá
luchaban, contra los diablos que vuelan tras lo profundo.
El hombre tomó la mano
de la mujer, y el niño miró en los ojos de la niña.
Hace muchos años, en medio del sonido y la furia se nacieron debajo del mar,
Y fueron llevados
cautivados por las tinieblas; hechos prisioneros en la Isla Gris.
No sabían que otras
tierras existían, sino que deban estar siempre en la Isla.
Todos los hombres
vivían acá. Mujeres gobernaban. Niños jugaban silenciosamente.
¿No les era la vida
como un ceño?
Con todo, seguían
soñando el sueño.
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